domingo, 31 de enero de 2010

¡Que bello es vivir!

En nochebuena la gente le pide a Dios que se acuerde de George Bailey y San José encarga el trabajo de ayudarle a Clarence, un ángel que lleva tiempo intentando ganarse las alas. Antes de enviarle a la tierra, San José le muestra lo que ha sido la vida de George:un hombre que su mayor sueño era dejar su pueblo y viajar por el mundo.
George esta sumido en la desesperación y lo único que tiene es un seguro de vida, por lo que piensa en suicidarse.
Cuando está a punto de lanzarse al río, ve como un anciano cae al agua, y olvida todos sus problemas y acude a salvarlo. Mientras Clarence se seca las ropas mojadas, le cuenta que es su ángel de la guarda. George no le cree, pero hablando con él le dice que le gustaría no haber nacido. Clarence se lo concede y cuando regresan al pueblo todo ha cambiado.
Lo que ve George es desolador, el pueblo ha dejado de llamarse Bedfordfalls y ahora se llama Poterville, los vecinos y amigos a los que ha ayudado no le reconocen, ve la tumba de su hermano al que no pudo salvar (por no haber nacido) y piensa en los que murieron en la guerra porque su hermano no estuvo allí para salvarlo, las casas que ayudó a construir con sus préstamos nunca se construyeron, su tío estaba en un manicomio, su madre viuda y sin hijos tenía una pensión y su esposa era una bibliotecaria solterona. Desesperado por lo que veía, George regresa al puente donde había intentado suicidarse, y le pide a Dios que le devuelva la vida.
Cuando la visión termina, regresa corriendo a su casa deseando feliz navidad a todos los que se encuentra por su camino.
Ahora habían sido sus vecinos los que haciendo una gran colecta le estaban ayudando a él. La vida volvía a sonreirle.
Del árbol de navidad suenan unas campanitas que anuncian que Clarence ha ganado sus alas.

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